Aconsejar o discutir era inútil, porque su inevitable destino era ser el que soy.
J. L. Borges. El Otro.
Aspiraba con firmeza la alfombra, a veces agachándose con esfuerzo para recoger un clip, o intentado aplanar ese alto relieve frente a la puerta que bien podría causar un accidente. El poco tiempo que le quedaba hizo que desistiera y fue a vaciar el cubo de la basura en una bolsa como última tarea. Pronto serían las ocho y la oficina debía quedar limpia. Pero fue en ese momento que vio entre los deshechos unos fragmentos de lo que parecía ser una foto. Se sentó en el suelo y con sus dedos arrugados y tembleques fue armando una a una las piezas. Una vez terminado, vio que tan sólo tenía la mitad de la foto, pero que distinguía alguien en ella. Quedó espantado. Fue en ese instante que la Jefa por fin llegó, encontrando al viejo inclinado sobre la foto.
―¿Todavía no acabas? ―dijo ella.
―Eso espero ―dijo el viejo, preocupado. ―Me voy ―. Y salió sin despedirse con su andar lento, como extinguiéndose. Su intención era la de no regresar.
Ella, sin salir de la sorpresa, se acercó a la foto, y por poco y no se reconoce: tuvo que resignarse a aceptar que su inevitable destino era no ser más la que fue.
―¿Todavía no acabas? ―dijo ella.
―Eso espero ―dijo el viejo, preocupado. ―Me voy ―. Y salió sin despedirse con su andar lento, como extinguiéndose. Su intención era la de no regresar.
Ella, sin salir de la sorpresa, se acercó a la foto, y por poco y no se reconoce: tuvo que resignarse a aceptar que su inevitable destino era no ser más la que fue.
8 comentarios:
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le da más sentido al cuento anterior
cheere
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ohh que geniallllll *-*
jajajaja
dejó de sonreir!
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se nos unió allan
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Yo? Cuándo ah?, jajaja
Estaría desnuda acaso?
coincido con varguitas, le agarré mas la onda al anterior, pero la foto el anterior la tiró en un depa, ¿no? como apareció en una oficina? y si la foto rota era la del bato, como es q c identifico la mujer en ella?
felicitaciones!
Este m eha gustado, conciso y bueno.
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